Los desalojos perjudican a les inquilines, a les propietaries y a la comunidad en general. El Condado de Harris debería ser líder en Texas en conducir programas de prevención de desalojos y de ayuda a personas sin hogar que creen escenarios favorables para todos. Aprovecharé los programas existentes e innovaré para evitar desalojamientos innecesarios y reduciré el daño que producen los desalojos que sí suceden. También tomaré ventaja de todos los recursos disponibles para les inquilines que estén enfrentando desalojos durante la crisis de COVID-19 y más allá, incluyendo los fondos disponibles a través del State of Texas Eviction Diversion Program [Programa de Prevención de Desalojos del Estado de Texas] y Texas Rent Relief [Ayuda con la Renta de Texas]. Tendré entre mi personal un Eviction Diversion Clerk [Funcionario de Prevención de Desalojos].

Traeré a la corte asistencia jurídica, servicios integrales, asistentes sociales y programas sin fines de lucro para proporcionar apoyo a la gente que se encuentra en situaciones difíciles. Proporcionaré un espacio en la corte para que estos grupos se reúnan. Organizaré mi lista de casos clara y transparentemente para que los grupos de ayuda sepan cuando son necesitados en la corte. Centralizando estos recursos, no sólo reduciremos el número de desalojos innecesarios y de multas para nuestra comunidad, sino que también ayudaremos a aquellas personas que luchan para volver a ponerse de pie. Trabajaré para establecer un equivalente a nivel de condado del Houston’s Homeless Court [Corte de Personas sin Hogar de Houston], el que desde el 2008 ha eliminado multas para miles de personas quienes de otra forma podrían haber ido a la cárcel.

Proporcionaré computadoras y wifi gratuito, traductores e intérpretes y ofreceré regularmente horas alternativas, como corte los sábados y por las tardes. Cuando sea posible, ofreceré audiencias y servicios virtuales. Trabajaré con el Condado para actualizar los recursos que están disponibles en línea y ofreceré una biblioteca legal en mi corte. Todas las personas que entren a mi corte recibirán información sobre de sus derechos y obligaciones y conocerán todas las opciones que están a su disposición.

Una corte no debería sentirse como un castigo de detención en una preparatoria. Escucharé a las personas, no las regañaré. No usaré martillo ni vestiré toga. No haré obligatorio el uso de códigos de vestimenta o códigos de conducta arbitrarios, como prohibiciones en contra de la goma de mascar o el uso de celulares mientras esperan a que su caso sea atendido. Las personas transgénero y no binarias podrán usar sus propios nombres en todos los procesos de la corte. Yo, mi personal, y todos los que comparezcan en nuestra corte respetaremos los pronombres y usaremos lenguaje de género inclusivo cuando sea apropiado. Todas las personas podrán usar el baño que se alinee con su identidad de género.

La gente de escasos recursos y comunidades afrodescendientes y otras personas de razas marginadas son afectadas desproporcionadamente por multas y tarifas y son las personas que menos reciben acceso a consejeros, exenciones y opciones de servicio comunitario adecuadas. Cuando las familias no pueden pagar las multas, los intereses, tarifas y otros cargos, pueden crear cargas permanentes que no les permiten arrendar o comprar casas ni postular a préstamos para comenzar negocios. Implementaré prácticas de condenas modelo que evaluarán las multas caso a caso y usaré mi criterio al momento de eliminar multas, tarifas y requisitos de servicios comunitarios cuando crean una carga excesiva para nuestra comunidad. No contrataré recolectores de deudas privados. Cuando sea apropiado, cerraré o eliminaré desalojos y registros criminales que creen barreras para acceso a vivienda, empleo y otros recursos.